viernes, 16 de octubre de 2015

[23] Playa de la Concha; la etapa del temporal Sur

  • Salí con el temporal. Con este viento mañana no se podrá nadar la Travesía de la Bocaina (me planteaba nadar sin dorsal), así que voy a ver si termino con mi reto personal, me dije. No pude terminar en Arrecife pero mereció la pena, fue una experiencia única.
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    Dejé el coche cerca de las luces del aeropuerto y caminé haciendo algunas fotos hasta el lugar donde lo dejé ayer, al final de la Playa de los Pocillos, en lo que se llama Piedras de Cima en 28º55'37.4"N 013º37'45.3"W.
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  • [17:05] Piedras de Cima (Puerto del Carmen)
    [18:55] Playa de la Concha (estuve dos minutos sobre la boya del aeropuerto)

    Tiempo nadando: 1h 47
    Distancia estimada: 6,15 Km
    Ritmo efectivo: 1:45 /100m  (tiempo real / distancia sobre el mapa en hectómetros)
    Distancia nadando, de GPS: 7,17 Km (117%)
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    • Simulación del recorrido, estimación de la distancia:
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    • No puedo descargar los tracking, no me funciona el hardware. Pero para que veais lo que pinta el aparatejo:
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  • Los turistas alemanas que me vieron prepararme para entrar en el agua no se lo creían, me iba a meter en el mar con ese viento y esas olas. Les conté que venía dando la vuelta a la isla y que hoy sería mi última etapa. Supongo he esto les hizo pensar que estaría acostumbrado; o quizá que sería la última de mi vida. No era para tanto.
    No estoy loco, ni siquiera soy un temerario. Sabía lo que me iba a encontrar, vengo observando el mar durante un mes y ya he nadado con olas parecidas. Conocía el recorrido, todas las escapatorias que son muchas y buenas, grandes playas. El viento me empujaba hacia tierra. Conocer y conocerse te permite hacer estas cosas. No estoy loco, ni siquiera soy un temerario.
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    • Voy para allá:
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  • Ahora bien, fácil tampoco. Tardé unos cuantos minutos en poder librar las olas de la orilla. Tenía que ir adentro, lejos de la rompiente para poder nadar. Ahí los extranjeros si lo tuvieron claro, -pero si apenas puede moverse en el agua!-. No es así; en cuanto pasan los primeros cincuenta metros se puede nadar, en cuanto te alejas un poco más se puede nadar medianamente bien y cuando coges el rumbo del viento se nada bastante bien. Te tragas algunas olas y haces bastantes eses (estimado/nadado = 117%) pero no se nada tan incómodo y el ritmo de nado que da el GPS es bueno: 1:30min/100m. Hasta surfeas alguna ola, lo que resulta muy divertido.
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    El mar estaba imponente, pero no era peligroso si sabes lo que haces. Aunque da miedito te alejas de la costa para evitar las peores olas. Ves toda la espuma de la orilla y es fácil pensar "estoy mejor aquí aunque todo se vea muy chiquitito". Ves los aviones despegar y aterrizar, no hay tanto viento; algunas rachas de 25 nudos quizá; si fuera navegando a vela sería muy difícil pero metido en el agua no es un problema cuando los llevas a favor.
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    Nada y nadas y ves el Gran Hotel en Arrecife, a lo lejos, lejísimos; y ves todas las casitas blancas de Playa Honda, lejos también. Y de repente... Una boya en medio del mar, la del aeropuerto, la del lugar donde el barco que suministra queroseno al aeropuerto se conecta al manifold, el colector subterráneo. Unos metros después veo la segunda, un cilindro de unos dos metros de altura, y metro y medio de diámetro, unida al fondo por una gruesa cadena; la parte sumergida roja, la de arriba amarilla; con un gancho negro en el centro y una pequeña barandilla. Me acerco y pienso "que tal unas fotos desde ahí?". Creo que sería muy difícil subirse con el mar en calma pero con estas olas solo hay que esperar la siguiente cresta; una mano al borde, la siguiente al tubo vertical de la barandilla; aúpa.
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  • Y ese ha sido el gran error de hoy. Las fotos, molonas. Pero... Vaya mareo, oiga. No llevaba ni treinta segundos y la cabeza me daba vueltas: sube y baja, adelante atrás, los golpes de las olas, cabeceo, cabeceo, cabeceo. Estaba deseando volver a tirarme al agua. Después de estar parado me cuesta arrancar, el frescor y el ejercicio me quitan un poco el mareo, pero ya no me recuperaré hasta el final de la etapa. Nado, sigo nadando, miro cuando las olas me lo permiten al Gran Hotel, aun muy lejos.
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  • El último tramo no ha sido tan divertido. Me quedaba al menos hora y media para mi destino final y el mareo no se me pasaba. El viento arreciaba aun un poco. Estaba a la altura del final de Playa Honda, veía las casas de lejos porque mi rumbo apuntaba a mi destino final. Empiezo a pensar que quizá es mejor dejarlo por hoy. Pienso en las posibles escapatorias, si no salgo antes de El Cable tengo que llegar a la Playa del Reducto. En esos momentos levanto la cabeza y ... La anécdota del día. Veo a cien metros frente a mí un hombre haciendo windsurf con un vela color rosa. Se acerca. Lo saludo, sobre todo para que me vea y no me pase por encima. El hombre se baja de la tabla. Pienso "debe ser muy bueno para bajarse aquí, luego tiene que subir". Increíble, a unos trescientos metros de la costa en medio de ese temporal dos personas se encuentran en el agua y se saludan amigablemente. La vida te da momentos increíbles. Se para junto a mí, le cuento de mi proyecto que termina, de mi etapa de hoy, de donde vengo... El me dice: "y a mí que me dicen loco por salir con este día..." Sonreímos. Le pregunto cuál sería el mejor punto para salir, estoy mareado y parar me marea más. Me dice que ahí justo tengo la Playa de la Concha, me da la referencia para salir bien en la arena. Aun me cuenta que en El Cable tienen un club de natación en aguas abiertas. Nos damos la mano, sonreímos. Nos separamos y me dirijo a la costa, se termina la etapa de hoy.
    Pero no ha terminado. Pocas brazadas después de despedir al hombre, el mareo hace estragos: vomito hasta cuatro veces. Pienso "noooo, mi comida, mis energías!" Durante unos segundos me encuentro muy débil, me tiemblan las piernas. Solo me quedan doscientos metros. En seguida me recupero, siempre me pasa lo mismo cuando vomito, en seguida como una puncha, perfecto.
    Me preocupa un poco la rompiente de las olas, pero no hay ningún problema, salgo en la arena.
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    Estoy en pie, me siento fenomenal. Ha sido una experiencia fantástica. Miro y veo a una mujer que camina por el paseo. Le pido que me haga la foto del final. Muy amable.
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  • Luego camino por el paseo hasta El Cable. Hago algunas fotos muy chulas. Un amigo que vive allí me lleva a recoger mi coche. Comentamos el día. Qué contento estoy!
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